jueves, 19 de agosto de 2010

Lectura asignada en la Undécima Semana

Transiciones académicas profesionales

Las transiciones son la esencia del ser humano. La percepción del grado de discontinuidad de las mismas dependerá de sus propias capacidades y del contexto histórico que le rodea. Solo puede dirigir hacia estos dos frentes: al análisis de los procesos psicológicos y competenciales de desarrollo de los sujetos y a la identificación y evaluación de los contextos académicos, profesionales y laborales.

Las transiciones académicas se localizan y se asocian con cambios en los itinerarios formativos a lo largo de los diferentes niveles de escolarización, así como con cambios dentro de los propios niveles educativos pero relacionados con características personales, necesidades educativas especiales o adaptaciones curriculares.

La orientación y el diagnostico educativo tienen un cometido especifico acompañando a los estudiantes en la toma de decisiones a lo largo de estas transiciones.

Papel de los sistemas educativos

Tienen que garantizar dos cuestiones: la consecución de determinados resultados de aprendizaje por nivel y la coordinación entre los distintos niveles.

Más allá de la toma de decisiones: aprender a aprender

La clave de las transiciones académicas está en entender que los estudiantes tienen que realizar ajustes, no solo en términos de competencias y habilidades sino en formas de trabajo, de estudio, de metodologías y de organización de su tiempo.

Aprender a aprender en la universidad implica entender el aprendizaje como un cambio hacia una independencia en el aprendizaje y comprender que lo básico es como llegar a ser competente construyendo conocimiento dentro de una disciplina.

Transiciones laborales y profesionales

Son aquellas transiciones encaminadas al mundo laboral, tanto desde el sistema educativo como las que se efectúan entre las profesiones una vez incorporados en el sistema productivo. La finalidad es pasar de la formación a la inserción laboral y en definitiva a la vida adulta.


La personalidad juega un papel importante en la toma de decisiones y en las transiciones. Consideramos que la personalidad es el conjunto de habilidades que una persona ha ido creando a lo largo de su vida. Las habilidades son esas formas de soporte de la personalidad en funcionamiento.

En las transiciones se trata, pues, de formar a la persona para que sea capaz de abordar los nuevos retos, valorando los aspectos personales y potencialidades, la información selectiva que se disponga y facilitando las estrategias oportunas para que pueda flexibilizar los hábitos previos y acomodarlos a las demandas de desarrollo de su proyecto personal.

Componentes de las competencias

1. Conocimientos
2. Habilidades y destrezas
3. Actitudes y valores

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